Colegio de Martilleros Mercedes

Colegio de Martilleros Mercedes

El ejercicio cotidiano de "decir" la realidad que nos rodea, dicha por la cotidianeidad ejercida desde lo real.


6 AM, despertador desactivado y la rutina diaria de despertarse, levantarse, ir al trabajo, enfrentar la vida desde las noticias mismas y vuelta otra vez a lo "no dicho", a "lo que queda afuera", a aquello que "no es información pública", vuelta a casa y las actividades hogareñas.

TRES horas de contacto con "lo novedoso" de un agitado día que comienza con los datos del tiempo, la temperatura, líneas de comunicación, redes sociales y las noticias que van cayendo como fichas, de un dominó que sucumbe, minuto a minuto, a lo vertiginoso de la información y el "real time".

5 días en la semana de un ritmo continuo, con variaciones musicales que acompasan, desaceleran y avanzan sin un minuto de silencio. El silencio queda afuera. El espacio radial se llena de sonidos, algo necesita ser expresado en este tiempo que no está pensado para el descarte. Aunque sea descartada al minuto la noticia, el dato informativo, consumido en una velocidad de novedades que te llevan a otra cosa.

10 AM y la danza llega a su fin. Como el cuentos de cenicienta, con las doce campanadas, el hechizo de diluye y uno sale eyectado del eter radiofónico para meterse de nuevo en la vida, en los problemas, en las esperanzas, en los proyectos, en los afectos, en las ilusiones y des ilusiones. Meterse de nuevo en la vida tras la desconexión a esa realidad "virtual", "mediática", "idealista" e "idealizada".

Todo eso vivido cada mañana, de lunes a viernes, pensando, sabiendo, anhelando que de algo sirva tanto esfuerzo metido, comprometido y asumido. A pesar del clima, a pesar de los ánimos, a pesar de los pesares. 

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