Hoy se cumplen 250 años del nacimiento de Manuel Belgrano, uno de los hombres más destacados de nuestra Patria que sin buscar el bronce y dándolo todo de sí, sumó al ser nacional un símbolo de unión: la bandera.
Si hay un "ser nacional", una referencia que nos "represente a todos", es sin duda la bandera Argentina, "la celeste y blanca", esos colores que no tienen dueño, al que todos recurren para "embanderarse" tras esa insignia.
Lo que Belgrano nos legó es nada más ni nada menos que un símbolo de identidad. Algo por lo cual podemos diferenciarnos y distinguirnos de aquellos que no son argentinos.
La bandera es PARTE fundamental de nuestro orgullo: la llevamos dentro de nuestro pecho, la besamos emocionados en cada acto que nos identifica como "nación", "pueblo", como "Patria".
No obstante, como todo "símbolo" está siempre atravesado por la mirada de los otros y es así que el legado de Belgrano se convierte muchas veces en el trofeo de batalla de quienes se arrogan los derechos de la identidad y del afamado "ser nacional".
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