Y es que efectivamente traspasado el año 2015 y comenzando el 2016 desde el gobierno nacional se tomaron medidas macroeconómicas que afectaron la cotidianeidad de los consumidores y usuarios con una devaluación encubierta y la pelea por la inflación, que siguió trepando, levemente.
En este contexto económico el aumento a las tarifas en los servicios públicos de energía y gas fue como una bomba de tiempo que detonó el malestar de los usuarios con marchas y protestas e incluso con un proceso de judicialización inusual.
Así hubo movilizaciones de vecinos, allá por el mes de junio, que congregaron a usuarios enojados con los valores de los servicios de luz y gas, lo que motivó también, de parte del gobierno local, la presentación de un recurso de amparo.
Marchas y contramarchas, el surgimiento de multisectoriales como MADRe en Mercedes y el reclamo contra el ajuste fueron hechos y noticias corrientes durante este 2016.
La pulseada sobre el tarifazo se zanjó con la intervención de la Corte Suprema de Justicia que faló salomónicamente, otorgando el derecho al reclamo de los usuarios en cuanto a gas y al Estado en cuanto a luz.
Lo cierto es que las boletas llegaron con ajustes luego del segundo semestres y la perspectiva para el año 2017 no son auspiciosas.
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