A menos de dos semanas para lo que será la definición de la Argentina de los próximos años, los ánimos en este tiempo de espera pasan de la cripación al desinterés con una velocidad oscilante.
De las campañas sucias, la siembra de temor y miedo a la toma de consciencia, la onda positiva del "me resbala todo" y cierta apuesta soterrada para ver quién quedará mejor parado en el debate.
En este tiempo de descuento los argentinos vivimos una experiencia inédita, la resolución por balotaje de una elección que definirá quien gobernará el país y esto presenta posiciones encontradas.
Parte del Aire de estos tiempos las alternativas que se barajan son tres: el apoyo a uno u otro candidato o la alternativa publicitada como neutra del voto en blanco, que desligaría al votante de todo compromiso.
Si de participar en una elección se trata, todas las posturas son válidas pero el derecho al pataleo será más legítimo para aquellos que optaron por uno u otro, por la positiva o negativa, pero jugados al fin.
De las campañas sucias, la siembra de temor y miedo a la toma de consciencia, la onda positiva del "me resbala todo" y cierta apuesta soterrada para ver quién quedará mejor parado en el debate.
En este tiempo de descuento los argentinos vivimos una experiencia inédita, la resolución por balotaje de una elección que definirá quien gobernará el país y esto presenta posiciones encontradas.
Parte del Aire de estos tiempos las alternativas que se barajan son tres: el apoyo a uno u otro candidato o la alternativa publicitada como neutra del voto en blanco, que desligaría al votante de todo compromiso.
Si de participar en una elección se trata, todas las posturas son válidas pero el derecho al pataleo será más legítimo para aquellos que optaron por uno u otro, por la positiva o negativa, pero jugados al fin.
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