Pareciera que los malos ejemplos cunden y se contagian rápidamente en la sociedad generando una catarata de sucesos similares: el gas pimienta es la vedette de estos días.
Desde el lamentable acontecimiento en la cancha de Boca que suspendió el superclásico donde habrían rociado a los jugadores de River con este gas, hasta el último hecho de un boliche en Tucumán.
Lo mismo sucedió con Wanda Taddei y su padecimiento al ser rociada con combustible y quemada viva y la serie de episodios similares que tuvieron su última réplica en Mercedes el lunes pasado, sin mayores consecuencias.
Parte del Aire de estos hechos deberían ponernos en alerta y cuestionarnos qué es lo que genera esta compulsión a la repetición de los mal sucesos, que siempre tienen prensa en primera plana.
Lo cierto es que en esta sociedad de hoy parece difícil contagiar los buenos ejemplos, que abundan y son muchos, pero que no ganan visibilidad en los medios porque dicen que el morbo vende y atrae.
Desde el lamentable acontecimiento en la cancha de Boca que suspendió el superclásico donde habrían rociado a los jugadores de River con este gas, hasta el último hecho de un boliche en Tucumán.
Lo mismo sucedió con Wanda Taddei y su padecimiento al ser rociada con combustible y quemada viva y la serie de episodios similares que tuvieron su última réplica en Mercedes el lunes pasado, sin mayores consecuencias.
Parte del Aire de estos hechos deberían ponernos en alerta y cuestionarnos qué es lo que genera esta compulsión a la repetición de los mal sucesos, que siempre tienen prensa en primera plana.
Lo cierto es que en esta sociedad de hoy parece difícil contagiar los buenos ejemplos, que abundan y son muchos, pero que no ganan visibilidad en los medios porque dicen que el morbo vende y atrae.
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