Como ya vienen realizando hace más de 10 años, el taller protegido CAIDIM realiza una ardua tarea al finalizar cada carnaval: separan las latas de espuma del corso de los plásticos y botellas y las venden para adquirir dinero para los insumos necesarios en su labor.
“Hace muchos años que hacemos esto. Trabajamos en conjunto con la Municipalidad. Ellos traen lo que se junta acá al predio de la 29 esquina 26 y nosotros los separamos para llevarnos la hojalata. Además de poder obtener una diferencia económica, colaboramos con el medio ambiente ya que nos proponemos no dejar ni una sola lata suelta en la ciudad”, explicó María Silva, directora de CAIDIM.
Los chicos están trabajando desde ayer, completando cuatro camionetas diarias. Calculan que quedan, al menos, dos días más de recolección y separación.
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