Desde hace muchos siglos, la Iglesia recuerda con cariño y afecto a sus muertos.
Aquellos que nos antecedieron y que fueron transmisores de esta fe común, que nos alienta en la esperanza de que después de esta vida terrenal, a todos nos espera el premio de haber servido a Dios, especialmente en el prójimo, la persona necesitada, de cosas, de bienes materiales o de afecto y cariño, esos imprescindibles bienes espirituales.
Aquellos que nos antecedieron y que fueron transmisores de esta fe común, que nos alienta en la esperanza de que después de esta vida terrenal, a todos nos espera el premio de haber servido a Dios, especialmente en el prójimo, la persona necesitada, de cosas, de bienes materiales o de afecto y cariño, esos imprescindibles bienes espirituales.
Aunque siempre están en el recuerdo, una vez al año dedicamos un día de manera especial para rezar por todos y cada uno de ellos, para que el Señor que nos espera en el cielo los reciba y les perdone aquellas cosas que quedaron sin saldar.
Este año además de las novenas que se vienen rezando en capillas y parroquias, el domingo 2 de noviembre, día de todos los fieles difuntos, se rezará la santa misa en el cementerio de Mercedes, a las 10.00.
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