La trata de personas ganó estado público con el caso Marita Verón y la lucha inclaudicable de su madre, Trimarco, que puso el cuerpo en la búsqueda de su hija y salvó a decenas de mujeres sometidas.
Y es que la trata de mujeres y la explotación sexual conlleva al menos dos términos de la ecuación, analogando conceptos económicos: oferta, la de los prostíbulos, y demanda, la de los clientes.
Parte del Aire de esta problemática encierra en una de sus aristas la connivencia del poder al hacer la vista gorda sobre la existencia de lugares de oferta sexual clandestina, siendo hasta parte societaria de emprendimientos.
La lucha contra la trata empieza por eliminar la demanda: sin clientes no hay prostitución y como rezan algunas campañas de concientización "los hombres de verdad no compran chicas".
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