El fútbol de potrero tiene ese encanto de lo improvisado, mezclado con las ganas de jugar en estado puro y el azar de la destreza individual más un espacio para correr y una pelota de cuero, en el mejor de los casos.
De estos elementos uno era crucial a la hora de jugar: la pelota, y muchas veces escaseaba por lo que el dueño de la pelota digitaba la conformación de los equipos o inclusive concluía el mismo si se enojaba.
Dicen que falleció "el dueño de la pelota", Julio Grondona, presidente de la AFA, no obstante los potreros siguen llenándose de entusiastas jugadores que a falta de pelota de cuero, juegan con una de trapo.
Parte del Aire de estos días nos encontramos con extremistas y agoreros que interpretando a pies juntillas los hechos siempre remarcan aquello que falta y no miran "el juego bonito" del esfuerzo colectivo.
A falta de pelota de cueros, bienvenidas las de trapo, porque la pelota sola no hace al juego mismo, lo que no puede reemplazarse son las piernas y esas voluntades de jugar, a pesar de los pesares.
De estos elementos uno era crucial a la hora de jugar: la pelota, y muchas veces escaseaba por lo que el dueño de la pelota digitaba la conformación de los equipos o inclusive concluía el mismo si se enojaba.
Dicen que falleció "el dueño de la pelota", Julio Grondona, presidente de la AFA, no obstante los potreros siguen llenándose de entusiastas jugadores que a falta de pelota de cuero, juegan con una de trapo.
Parte del Aire de estos días nos encontramos con extremistas y agoreros que interpretando a pies juntillas los hechos siempre remarcan aquello que falta y no miran "el juego bonito" del esfuerzo colectivo.
A falta de pelota de cueros, bienvenidas las de trapo, porque la pelota sola no hace al juego mismo, lo que no puede reemplazarse son las piernas y esas voluntades de jugar, a pesar de los pesares.
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