La manifestación convocada con una amplia
multitud donde sin ningún exabrupto más de 50 mil docentes dijeron presente
contrasta con el ataque bochornoso a la funcionaria de economía.
Nada justifica el accionar de los violentos que
en ese acto cobarde creen representar el sentir de miles pensándose, ellos
mismos, en un gesto reparador de la bronca general.
Nada más lejos del sentir y del sentido que
tienen la figura de un docente y su noble tarea: enseñar no es castigar ni
golpear desde el anonimato.
Parte del Aire de estos hechos buscan expresar
cierto malestar social pero se equivoca profundamente al elegir la violencia
como medio de manifestación, totalmente repudiable.
La justicia de las causas tiene el peso específico
suficiente como para imponerse por los hechos y las palabras, nunca una piedra
terminó tapando la verdad, porque la violencia solo engendra violencia.
Comentarios