Estamos en los últimos días de este año 2013 que
se va y en las puertas de un nuevo año, lo habitual, lo común de estos tiempos,
es realizar un balance de los días pasados.
El contador gira nuevamente y un nuevo número
se suma a esta cuenta que el almanaque nos impone, en un ciclo que se renueva
con las estaciones del año.
El calor es el saldo de este año que se nos va:
calor en la elecciones pasadas, calor en las negociaciones de paritarias, calor
en la asignación del nuevo Papa Francisco.
Parte del Aire de estos días las rendiciones de
cuentas están en rojo porque todavía hay mucha deuda por saldar tras 30 años de
democracia en este bendito país.
La cifra se acrecienta en una unidad pero las
cuentas pendientes deberían disminuir a cero, en un esfuerzo quizás colectivo
para mantener un saldo positivo y empezar este nuevo año 2014.
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