Las celebraciones permiten el encuentro y el
compartir un momento, supuesto momento de alegría, de reconocimiento, entre
pares que se reconocen como tales y algo los une.
Que los hinchas de Boca se encuentren para
celebrar su día, no debería ser algo
destacado pero los festejos trascendieron la celebración y se convirtieron en
excesos en Buenos Aires.
La condición de hincha de un equipo se
demuestra con la camiseta, pero manchar esos colores con los arrebatos, los
destrozos, la violencia no enaltecen los trapos, los ensucian.
Parte del Aire de los festejos en el fútbol guardan
esa mística de la victoria, que se trastoca en el momento de la afrenta con los
otros equipos y ver quien la tiene más grande.
Los festejos y celebraciones de ayer, que se
repiten como años pasados, se mancharon con el barro de los excesos, la
violencia y eso, eso no le hace nada bien al espíritu del deporte.
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