La noticia impactó como en aquel febrero del
2012 aunque esta vez no hubo que lamentar muertes en un nuevo accidente
ferroviario en la estación terminal de Once en la línea Sarmiento.
Frente a esta reiteración, como un dejavú, de
lo que para muchos fue un sabotaje, cabe preguntarse si lo ocurrido obedece más
a una serie de casualidades o causalidades.
El mismo escenario, el mismo andén, el tercer
incidente en menos de dos años en pleno proceso de renovación de formaciones y
de re estatización del servicio de transporte ferroviario.
Parte del Aire de estas causalidades encierran,
sospechosamente, una serie de casualidades en un momento donde el clima social no
necesita más incertidumbres.
La pronta y efectiva aclaración de los hechos y
el rápido proceder en cuanto a juzgar las responsabilidades que corresponden es
lo mejor que nos puede suceder como sociedad en un estado de sospecha.
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