Recorriendo la historia argentina y lo que los
historiadores nos cuentan de ella, se encuentra una tensión latente entre
interior y el puerto de Buenos Aires, entre unitarios y federales.
Esta tensión recorre casi todo el siglo 19 y
mutó hacia otros escenarios y temáticas que mantuvieron esa división de manera
soterrada, escondida pero siempre por explotar.
A pesar de estas tensiones propias de un país
en crecimiento la unidad prevaleció y hace poco pudimos celebrar 200 años de
existencia como unidad nacional y territorial.
Parte del Aire de estos tiempos se ven
revisitados por estas tensiones en la relación entre Estado nacional y
provincias, en el interior más profundo, entre el norte y el sur.
La diversidad en la unidad es uno de los
valores que la Argentina
puede jactarse, reflejado en el conventillo o en la promisión de una tierra
para todos los hombres del mundo.
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