En pleno clima electoralista, en medio de las
campañas proselitistas, los ánimos muchas veces alcanzan niveles de saturación
y de hartazgo al enfrentar los mensajes que muchos candidatos emiten.
Muchas veces se apela al sentimiento de los
votantes para ganar voluntades y apoyos, pero apelar a la dicotomía, al peligroso
punto de no retorno de ellos o nosotros, es jugar con sentimientos que pueden
volverse en contra.
Las bajezas en las campañas electorales son
moneda corriente en el mundillo político partidario, pero que vienen teniendo
mala prensa en un electorado harto del hartazgo y las propuestas vacías de
contenido y rebosantes de insultos.
Parte del Aire de estos tiempos proselitistas
deberían colmarse de debates, argumentaciones, propuestas y proyectos
superadores, apuntando a una actitud pro activa.
Juego bonito o fair play debería instalarse en
estos momentos del fervor político partidario para hacer de la participación
ciudadana, un derecho con plena actitud positiva.
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