En pleno desarrollo de la campaña todo acto es
válido para establecer un contacto fluido con el electorado: desde la
inauguración o reinauguración de un establecimiento hasta la firma ante
escribano de la asunción de compromisos.
Los acuerdos resultan de las negociaciones en
tanto los compromisos asumidos parten de una posición de buena voluntad que, si
es explicitada ante público, pone a la sociedad como testigo.
Todo es exhibido ante una sociedad que, en época
de elecciones agudiza los sentidos para analizar, en cada acto, el verdadero
sentido de los mensajes que los políticos dan.
Parte del Aire de estos días se cargan de
cierta monocromía que gira en torno de los actos de campaña, la apelación
directa al compromiso de parte de los candidatos con cada promesa dicha.
Llegar al punto de testimoniar una promesa de
campaña con la firma de un compromiso habla de muchas cosas, sobretodo, que las
palabras, en campaña, se las lleva el viento.
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