Algunos políticos parecieran vivir la política
con pasión, al menos así lo intentan transmitir en sus a locuciones y no está
mal incentivar la participación con la pasión.
La misma pasión que muchos hinchas de fútbol
ponen en las canchas a la hora de alentar sus equipos, a puro corazón y grito
pelado en los cánticos y el agite de los trapos.
Los mismos trapos que se defienden porque son
los colores que identifican, que muchas veces dan entidad, un sentido a parte
de la vida: las banderas que nos envuelven y nos definen.
Hoy es el día de la bandera argentina y es
tradición la jura de la misma por alumnos de cuarto año y por los cadetes de
las fuerzas armadas: fidelidad a un símbolo que nos señala como argentinos.
El fervor patriótico se conjuga en este acto de
juramento que se rememora cada mañana en la oración a la bandera: “oh, juremos con gloria morir”.
Parte del Aire de estos tiempos nos encuentra
con las energías puestas en diferenciarnos de los otros, señalar bandos y
marcar los posibles futuros “enemigos”.
Si esa misma energía se pusiera en la pasión
por abrazar la bandera de la hermandad, la solidaridad, el compromiso, muy
distinta sería la historia bajo un mismo símbolo que nos hermana.
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