Comienza hoy La Feria del Libro en su
edición número 39. Un espacio donde las empresas editoriales pero sobretodo,
los autores, se encuentran con el lector del libro y pueden mantener un breve
mano a mano.
Todos los años, más en estos últimos tiempos,
la feria y su inauguración, son lugares donde parte de la industria cultural
muestra sus productos y expone sus hallazgos o dificultades.
En los últimos años la feria fue vidriera de
exposición y en varias oportunidades la realidad se ha colado por las mesas de
saldos y las charlas y eventos: basta recordar el debate sobre la ley del libro
o algunas chicanas entrelazadas en los discursos.
Pero más allá de esto, la Feria como espacio de
intercambio, renueva, todos los años ese espíritu de lo novedoso, del
reencuentro con los autores y por sobre todas las cosas celebrar que el libro
sigue vivo.
Parte del Aire de las discusiones en torno del
rol del libro y la lectura han girado sobre la interpretación y el poco o mucho
ejercicio de la lectura, sobretodo en las generaciones jóvenes.
Una nueva oportunidad de acercarse a este
evento que desde hoy y hasta el 13 de mayo se instala en nuestra realidad para
contarnos que hay otros mundos posibles a través de la literatura.
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