Es curioso descubrir el origen de algunas
frases trascendentes como “El hombre es el lobo del hombre”, atribuida a
Hobbes, teórico inglés del siglo XVII y que es una idea disparadora de su
Leviatán.
La frase es una parte de otra un tanto más
extensa de Tito Macio Plauto del siglo II A/C “Lobo es el hombre para el
hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro”.
Las instituciones existen en la sociedad para
ordenar, armonizar la convivencia entre sus integrantes y trascienden las voluntades
individuales. En tal sentido pueden pensarse como mediaciones que interceden
entre los ciudadanos.
La pregunta que cabe es: ¿qué sería de la
sociedad, de las relaciones entre individuos sin las instituciones?
Parte del Aire de los discursos que circulan
por estos días parecieran poner entre paréntesis las instituciones, al
multiplicarse las disímiles interpretaciones sobre su naturaleza.
Las instituciones podrían ser pensadas como
parte de las condiciones esenciales para el funcionamiento acorde de una
sociedad, donde todos, per se, acuden y están atravesado, dejando la animalidad
de lado.
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