Muchas veces lo que tiene prensa, lo que es
noticia, son hechos que trascienden el ámbito de la esfera privada y son parte
del interés público.
Muchas veces los pequeños gestos cotidianos no
trascienden los límites de lo inmediato y quedan en eso: pequeños gestos
cotidianos.
La solidaridad que “explotó” luego de las
inundaciones de la semana pasada, máxime en La Plata , disparó un sin fin de pequeños gestos
cotidianos de grandeza.
La solidaridad y la demostración de los
pequeños gestos solidarios se fueron sumando, a cada minuto, para construir una
montaña de ayuda a los miles de damnificados por el temporal.
Esos pequeños gestos cotidianos solidarios son
la expresión de que aún, a pesar de los pronósticos agoreros, somos capaces de
sumarnos y pensar en el otro.
Parte del Aire de estos últimos días
demostraron que lo esencial es invisible a los ojos y que, en contramano a los
hechos publicitados todos los días sobre violencia, somos capaces de pequeños
gestos de amor.
Gracias a esos millones de pequeños gestos es
que aún podemos sostener una sociedad que camina, a veces a los tumbos, hacia
la convivencia en armonía con nuestro prójimo.
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