Nuevo día de paro, segundo en las escuelas públicas
de la provincia de Buenos Aires, y apenas se escucha una nueva noticia: el
gobierno provincial convoca a los gremios para este miércoles.
La huelga es un derecho constitucional que
tienen los trabajadores para manifestar su descontento, su desacuerdo con
algunas medidas que los afectan y ayer la mayoría de los gremios que nuclean
las actividades relacionadas con la administración del Estado provincial,
pararon.
El conflicto, el desacuerdo, generan una
sensación de malestar ampliado: el socavamiento de una idea de rumbo
compartido, de un proyecto en común.
Quo Vadis? sería la pregunta general. La primer
pregunta que se nos viene en mente cuando el aire se enrarece, cuando la
sensación de acorralamiento comienza a ganar la calle.
Las condiciones para preguntarse hacia dónde
marchamos, quizás no sean las mejores, o quizás si: en un año electoral, políticamente
caliente, el planteo quizás sea necesario.
Parte del Aire de estos últimos días osciló
entre el reclamo de diálogo y pedido soluciones y el dilatamiento de las
negociaciones.
La pauta salarial no es una sensación, la
inflación tampoco. Hacer el esfuerzo por acordar posiciones y soluciones, es
una necesidad más que imperiosa cuando los tiempos se acortan de manera estrepitosa.
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