Lo que queda, lo que resta luego de los
carnavales es esa sensación que el verano comienza a empacar sus cosas y a
preparar la partida.
Sensaciones que restan luego de la fiesta de
cuatro días de carnaval: se terminó la alegría y lo que viene es la cruda
rutina de los días.
Un ciclo termina y otro comienza. El pasaje
simbólico de un tiempo de ocio hacia otro de trabajo y actividad.
Lo que viene serán días de adaptación,
resignación y la preparación para todo un nuevo año que tendrá sus atracciones:
el juego de la política comienza en marzo junto con las clases y el
reacomodamiento de las relaciones salariales –paritarias-.
Parte del Aire de estos días se vio
conmocionado por la renuncia de Benedicto XVI: veinte días después del 28 de
febrero sabremos quién ocupará el lugar del papa saliente.
Mientras vemos las nuevas olas frente al mar,
nos recuperamos de un verano que perfila su calor hacia otras latitudes.
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