Hoy celebramos 200 años de la constitución de la Asamblea del año XXIII.
Una conmemoración a ese primer esbozo de autoproclamación, de autonomía
nacional y de independencia que se concretaría en 1816 con la declaración de
independencia.
La abolición de la esclavitud y todo el régimen
de sometimiento a los nativos, pueblos originarios; la creación del escudo
nacional, del himno nacional y la abolición de los títulos de nobleza son
algunas de las medidas más recordadas.
Libre y soberana se constituye esta asamblea
que comienza a forjar los rasgos de identidad de una nación que comienza a
andar, luego de la revolución de 1810, a los tumbos, buscando un rumbo que se
irá afianzando con las décadas.
Hoy celebramos y recordamos esa etapa primaria
de la república, los orígenes de su formación.
Parte del Aire de los festejos que se
celebrarán hoy, tendrían que tener esa mirada retrospectiva en torno de los
objetivos fijados y los cumplidos, como nación: estado y pueblo.
Celebremos estos primeros 200 años de
emancipación sin quitar la mirada en el presente y su construcción cotidiana.
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