Colegio de Martilleros Mercedes

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Editorial 23/01/13 : Una imagen vale mil palabras.


Próximamente se cumple un nuevo aniversario del asesinato de Cabezas: 16 años ya de esa imagen, de esa foto que marcó la sentencia a muerte de un reportero gráfico.

Dicen que una imagen vale mil palabras. Pero lo que no se pudo captar, lo que queda librado a la imaginación, dispara millones de imágenes.

La imagen vende, llega rápidamente al corazón de las personas, a los sentimientos: una foto de una niña caminando desnuda las calles de Hiroshima golpea tanto como la de miles más pidiendo comida en cualquiera de los campamentos de refugiados en Africa, Asia o en la misma villa 31.

Necesitamos confirmar aquello que nuestros oídos han captado: al estruendo de la sirena de los bomberos, muchos necesitan la fotografía del siniestro para corroborar los hechos.

A pesar de la posibilidad de cerrar los ojos, los humanos tenemos la pulsión de ver, queremos ver aquello que muchas veces está prohibido.

La nocturnidad, la noche, en Mercedes, transcurre cuando la oscuridad acecha. Y lo que pasa durante la noche es, muchas veces, preocupación de los padres de adolescentes y jóvenes que salen a bailar.

La imagen de un joven con muerte cerebrar por la pelea de dos bandas en medio de la noche es una imagen que habla de muchas cosas: el recurso a la violencia, la incapacidad del diálogo, la falta de control de la nocturnidad.

Parte del Aire de las noches veraniegas encierran esa imagen bucólica de los abuelos sentados en la vereda y los chicos jugando hasta altas horas de la madrugada.

Aquella imagen se trastocó en veredas desiertas, calles semi desiertas recorridas por motos que ahuyentan todo atisbo de tranquilidad pueblerina.

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