Fue la punta de lanza del progreso durante el
siglo 19. El paisaje sufrió modificaciones a medida que se extendía su
primacía. Forjador del transporte moderno, generó fuentes de trabajo y fundó
ciudades y pueblos.
Hoy, el ferrocarril es uno de los medios de
transporte que comienza a ganar protagonismo luego de casi dos décadas en el
olvido y el descuido.
Los trenes son noticia por estos días: la
compra de vagones para renovar las formaciones de las líneas Mitre y Sarmiento;
el soterramiento del Sarmiento y una obra de inversión monumental; el
remodelamiento de las estaciones, como la de Mercedes.
Todo indica que hay una puesta en valor, como
dirían los arquitectos, de este medio de transporte que posibilita el traslado
de pasajeros y mercaderías.
En “La Cabeza de Goliat” Martinez Estrada hacía un
análisis del tendido ferroviario en la Argentina : todas las líneas confluían al puerto
de Buenos Aires.
Parte del Aire de estos tiempos que corren,
cumpliéndose el primer aniversario de la tragedia de Once, el próximo 22 de
febrero, están poniendo en el ojo de la tormenta el modelo de desarrollo y
transporte que será para los próximos 50 años.
La suba de los costos en los pasajes, el
aumento de los combustibles, la polución, son temas que pueden encontrar una
salida en la oxigenación del transporte público de pasajeros.
La cuestión será ponernos a debatir a
conciencia sobre lo que queremos como país, en un año políticamente caliente.
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