Es tiempo de dejar de lado las diferencias, las
enemistades y las disputas. En estas fechas el espíritu de las navidades se
vive de distintas maneras: desde la nostalgia por los seres queridos que no están
más; desde el impulso consumista fogoneado por la publicidad; desde el
arrepentimiento.
Un tiempo para poner entre paréntesis: para
mirar un poco hacia adentro, para hacer un balance, para perdonar.
Los hechos, la realidad, son puestos en paréntesis
en navidad. Aunque ese paréntesis muchas veces tenga llamadas de atención: los “saqueos”
a los comercios la semana pasada; las acusaciones cruzadas en varios ámbitos –política
local, economía nacional-.
Parte del Aire de estas fiestas se tiñe con
situaciones que muchas veces llaman a la reflexión. Hay que darse un tiempo,
activar ese paréntesis para meditar y no juzgar anticipadamente.
Tiempo de esperanza que trae todo nacimiento,
la navidad es un mensaje de aliento, de felicidad. Felicidad que trae aparejado
todo tiempo nuevo, toda vida nueva.
Felíz navidad para todos.
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