Casualidades o causalidades. Lo que es azaroso,
lo improvisado o lo determinado y en tanto previsible. Los hechos y sus
interpretaciones muchas veces son sopesados desde estas dos ópticas.
¿Casualidad o causalidad: la masacre de
Connecticut, con 20 chicos muertos, en una sociedad donde permite la libre
adquisición de armas sin control?
¿Causalidad o casualidad: el arrebato, el
saqueo y los disturbios, un 20 de diciembre luego de 11 años del “Argentinazo”,
en Bariloche, Rosario, Campana y Moreno?
¿Casualidad o causalidad: la vuelta de una
empresa, símbolo de la industria nacional, como Siam al mercado local y la
expropiación del predio ferial de palermo?
¿Causalidad o casualidad: la modificación de la
ley de trata luego del fallo del caso Marita Verón, la condena a prisión perpetua a los
represores del Circuito Camps y de los asesinos del triple crimen de General Rodriguez?
En estos días Parte del Aire de las
interpretaciones, los fundamentos de lo que pasa se nutren de diversas
explicaciones: algunas mágicas, cuasi fantasiosas que recaen en el cliché del
fin del mundo o una nueva era energética; otras racionales que analizan las
situaciones en contextos cambiantes.
Casualidad o no, causalidad o no, lo cierto que
en Mercedes tenemos algo que festejar… y es que una institución sin fines de
lucro, la granja Arco Iris, verá concretar su sueño gracias al esfuerzo de una
pareja de bailarines en un programa de entretenimientos o al azar y la fortuna
del destino.
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