Parte del Aire de esta semana que termina podía
cortarse con una gillete.
Hay que ganarse los espacios, como así también
se gana el respeto: respetando. Oír para ser escuchado. Dejar hablar para poder
opinar. Disentir sin ofender pero sobretodo sin gritar.
Los espacios se ganan participando.
Movilizándose, preocupándose y ocupándose: de lo que a uno le aqueja, de lo que
a los otros les incomoda, de lo que a varios les falta, de lo que todos añoran.
Y los espacios están, existen, y si no… pues a
crearlos, a generarlos. A poner la inventiva y la creatividad. Para una
cuestión positiva. Abrir la boca para decir algo: coherente, propositivo.
Encontrarle la vuelta para sumar, sin ofender a nadie.
Uno de esos espacios existentes es el Concejo
Deliberante. Hoy se realiza la audiencia pública, sobre un tema concreto: la
inseguridad.
Esa es la oportunidad de poder decir, proponer,
opinar, diferir. Pero también: escuchar, comprender, entender, aceptar.
También ganar espacio, a veces, es saber ceder.
Como la fábula de las cabras en el puente angosto sobre un precipicio. Las dos cayeron por no ceder.
Otra propuesta para sumar, para el bien de
todos, es la cena a beneficio del Hospital Dubarry. No importa quién lo hizo.
No importa quién convoca. Lo que importa es lograr esa ampliación y sumar esos
pediatras para todos los pibes de la ciudad.
Por que una ciudad la hacemos entre todos. Si
no, es un espacio vacío, con calles y edificios y plazas… pero sin chicos, sin
amigos, ni vida, ni alegría.
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