El derecho a la información es uno de los
derechos más preciados en estos últimos tiempos. La posibilidad de acceso a las
fuentes de información y la libertad de expresión son dos bastiones de la
sociedad que se solidifican en democracia.
La denuncia a periodistas es un derecho también
contemplado por el propio derecho a la información: el derecho a réplica y a la
rectificación.
Este derecho a la información es uno de los
derechos fundamentales contemplado por los derechos humanos y está enmarcado
por la ley y la propia constitución nacional.
Lo cual no significa que a cualquiera se le
ocurra decir lo que quiera. La libertad de uno termina donde comienza la
libertad del otro. Y allí donde se vulnera un derecho, hay un problema.
Parte del Aire de esta época gira en torno a
las posibilidades infinitas de comunicación, de expresión y de información.
Velar por el buen uso de las tecnologías que lo facilitan como también por los
derechos de cada uno de los usuarios, es una tarea importante, y está
contemplada por organismos estatales.
Nadie tiene el derecho de quitar el derecho a
otro. Porque qué derecho lo asiste? Caeríamos en una paradoja.
Los derechos no se cercenan, se defienden.
Estoy a favor del derecho a la información, a sus posibilidades y obligaciones,
para el buen uso de este derecho.
Que nadie haga acallar la voz de los que
informan. Que todos sumen sus voces en la diversidad, en la pluralidad y en el
respeto.
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