Semejante demostración de fuerza dejó sentada la base para una de las consignas políticas que recorrió estos últimos 70 años y que se resume en esa palabra: lealtad; consigna que marca pertenencia.
Consigna que se replicó en frases como "para un peronista no hay nada mejor que otro peronista" y que luego, con los sucesos dolorosos de la proscripción, mutó a "para un argentino, nada mejor que otro argentino"
Parte del Aire de estos años de efervescencia política, signada por el apasionamiento, a favor o en contra, el centro de atención se posó en la distribución de la renta nacional y a quienes beneficiaba el reparto.
La disputa continúa, solapada por momentos, pero que desde aquel 17 de octubre, encontró un actor social que pidió sentarse en la mesa de la política para disputar las migajas del poder real.
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