Hasta hace pocos años el asesinato de una mujer se caratulaba como crímen pasional a lo que, claramente, encerraba un acto violento y de odio a la mujer, un femicidio, un atentado contra el género.
Hace tiempo que venimos reformulando conceptos y terminologías, porque el lenguaje nos atraviesa a todos y define eso que nos sucede, más allá de los hechos, dándole sentido a nuestras vidas.
Parte del Aire de estos tiempos las cosas y los hechos se nos presentan con rótulos, algunas veces, suavizados, para atenuar toda la crueldad que encierran, para disimular la carga emotiva.
Jóvenes en situación de calle, enriquecimiento ilícito, expectativas de vida, voto útil son algunos ejemplos de estos cambios de terminología que nos ayudan a entender lo que nos pasa en estos tiempos.
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