La sensación que desde la comodidad de un escritorio puede torcerse la voluntad de miles al declarar nulo un acto eleccionario, habla más de cierta impunidad perdida que pugna por retornar.
Frente a este abasallameinto ejemplos de pelea colectiva por modificar una realidad son los seis estudiantes desaparecidos en la Noche de los Lápices que puganaron por mejorar algo para todos.
Parte del Aire de estos tiempos empiezan a resurgir como borbotones del pasado las peores prácticas del disentimiento institucionalizado, donde unos pocos intentan anular el interés de muchos.
La imposición por la fuerza, física o psicológica, de una verdad parcial es un acto de violencia, de abuso de poder que contrapone a los lápices, al diálogo, con la espada y el fallo inapelable.
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