Así las normas, las leyes que se crean para una mejor convivencia, las reglas que se consensúan son el resultado de la puja de fuerzas y concepciones, en el marco de un espacio común de debate.
El legislativo es el ámbito por excelencia para dirimir estas cuestiones, donde se discute y se piensa, donde todos tienen la posibilidad de manifestarse para luego acordar un criterio común.
Parte del Aire de este esfuerzo social por acordar reglas claras de juego, sostenidas en la confrontación de ideas y el convencimiento y la argumentación, amerita el compromiso de la continuación en el tiempo.
La amenaza de revisar todo, de derogar aquello que la mayoría a votado, es embarrar la cancha y quitarle credibilidad a uno de los poderes del Estado que nos representa a todos
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