En tiempos difíciles y agitados, un viejo dicho
y saber popular aconsejaba desensillar, bajarse del caballo y esperar a que
pase la tormenta.
En estos días la tensión se fue incrementando a
medida que las visitas y los hechos fueron pasando: desde el gobernador Scioli
hasta el conflicto gremial en un supermercado por despido.
Esta semana no escapa a la dinámica de esta
campaña política proselitista: desde Martín Insaurralde, que estará por
Mercedes, mañana, hasta la proliferación de denuncias en estrado judicial.
Parte del Aire de estos tiempos
“convulsionados” entremezclan lo partidario con lo judicial donde los
escenarios mutan de una tribuna de opinión al banquillo de los acusados.
En el ojo del huracán, dicen los expertos, reina
la calma: una calma que antecede al ensordecimiento y el choque de la fuerza de
los hechos y la naturaleza.
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