El pedido de democratizar la justicia tuvo ayer
su presentación formal cuando la presidenta anunció que 6 serán los proyectos
emitidos al Congreso para tratar el tema.
Entre los proyectos que apuntan a esta pretensión
justa, se encuentran: la reforma al Concejo de la Magistratura ; el
ingreso democrático a la
Justicia ; la publicidad de los actos del Poder Judicial; la
creación de tres Cámaras: la Cámara
de Casación Federal en lo Contencioso Administrativo, de Trabajo y Seguridad Social y Civil y Comercial; publicidad
y acceso directo a las declaraciones juradas de los funcionarios de los tres
poderes y la regulación de las medidas cautelares contra el Estado nacional.
Esta batería de proyectos enviados al Congreso
ya levanta una serie de desacuerdos y críticas que deberán ser tenidos en
cuenta y analizados.
No obstante este espíritu de abrir el juego
democrático en uno de los poderes del Estado que fue un fuero cerrado debe
recibirse con beneplácito.
Todas las medidas y acciones tendientes a
democratizar, permitir la participación de la ciudadanía en la cosa pública es
una buena noticia.
Parte del Aire de estos cambios estructurales
en el funcionamiento de estamentos del Estado siempre movilizaron quejas de
grupos particulares pero muchas veces el beneficio colectivo fue mayor a las críticas.
El temor al cambio es una reacción comprensible
pero la posibilidad de abrir el debate y la participación deberían ser las
garantías suficientes para poner un gramo de esperanza en esta justa pretensión
de democratizar la justicia.
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