Esta es la entrevista realizada a Christian Pellegrino, publicada en el semanario Nuevo Cronista y que vuelvo a publicar aquí en este BLOG para todos aquellos que no pudieron leerla.
Por Octavio
Fiorelli
Uno puede
dejar marcas, huellas imborrables en distintos lugares: pintando un graffiti en
una pared, recordando el horror de la dictadura en el Parque Municipal;
transformando una vieja casa en un resto-bar como “Blas”; generando toda una
identidad en bares y discotecas de la ciudad y alrededores; plasmando en la
piel imágenes que se llevarán para siempre.
Christian
Pellegrino se atrevió a todo eso y mucho más, desde hace más de veinte años,
una vez que pisó Mercedes, junto al “Pelado” y de una u otra manera siguió
conectado con este lugar en el mundo.
Uno podría
decir que donde pone el ojo Christian, el espacio, los objetos y hasta los
cuerpos adquieren un halo de belleza. Cierta estética que toma “cuerpo” en cada
transformación, en cada intervención. Por que Christian Pellegrino ha hecho de
lo estético, del diseño y del arte un modo de habitar el mundo.
No tiene
títulos para refrendar su saber y su gusto estético, si bien reconoce que desde
chico tomó clases de dibujo y pintura con maestros similares a la talla de Pérez
Céliz, como la artista María Sola. “Después me largué solo. Soy medio
autodidacta. Es todo a base de prueba y error” comenta Christian quien no
necesita de títulos porque sus trabajos hablan por sí solos de su capacidad.
“De alguna
manera me pagan mi propia universidad los clientes. Yo todo lo que hago, en el
momento que lo voy a hacer, nunca lo hice” dice y muestra el primer prototipo
de mesa de una reconocida pizzería de Mercedes donde hizo el diseño y la
decoración del local de manera íntegra.
Christian
agradece la posibilidad que se le presenta cada vez que le encargan un trabajo
de ambientación, sobretodo la confianza.
Especie de
ciruja que recolecta aquello que muchos descartan, Christian encuentra, con buen
ojo estético, las formas ocultas en los objetos de desecho: sillas viejas, pies
de percheros. “A todo le encuentro la manera de reciclarlo. En Mercedes, la
basura que encontras es linda: porque está toda oxidada y está vieja, o porque
son cosas muy trabajadas, antiguas, nada más que están rotas”.
A los 21
años recala en Mercedes con “el pelado”, Alfredo Segatori, y abren “Blas”, una
especie de resto bar donde comenzaron, entre las pizzas y pastas, algunos shows
en vivo para los habitué.
Los
trabajos en decoración de interior fueron apareciendo y entre trabajo y trabajo
Christian se asentó en la ciudad junto a su pareja de entonces y abrieron
“Molem” arte urbano, donde daban rienda suelta a su inventiva en la recuperación
de muebles, pátinas y el tattoo. Christian es uno de los primeros tatuadotes de
Mercedes que llevó el arte del tattoo a la exposición pública. Si bien existían
algunos tatuadores en la ciudad, Christian abre el primer local y aporta a la
concreción de la ordenanza municipal para la habilitación de este tipo de
locales y de la actividad en Mercedes.
Tattoo: te
llevo en mi piel.
Conocía de
chico a algunos tatuadores y siempre le decían que se animara al tattoo pero
Christian no entraba en ese mundo del dibujo que comienza a ganar popularidad en
la década del 40 con los marineros y la segunda guerra mundial y se expande
luego por el mundo. “No me gustaba mucho. Antes se tatuaban los borrachos, era
muy sangriento el tatuaje porque las agujas eran de coser, las máquinas eran lo
que se conseguía, no había información ni mucho material” dice mientras acomoda
los elementos que utiliza para realizar los tattoo que muchos mercedinos le
piden. Ahora los elementos son todos descartables: desde las agujas de acero
inoxidable hasta las tintas y los guantes de protección que utiliza para hacer
los trabajos. “En los últimos diez años evolucionó a nivel de un médico el
tattoo. Las agujas son súper flexibles de distintos grosores, mismos las
máquinas y las fuentes. Ahora no es tan invasivo como antes.”
“El color
se tiene que encapsular. El poro se tiene que cerrar […] los colores se
asientan, se encapsulan en la célula de la piel” explica Christian luego de
haber trabajado dos horas sobre un tattoo de una calavera mexicana con colores
vivos e intensos.
“No es como
dibujar en la piel. Meter tinta tiene su técnica, cada color con una
determinada potencia, un determinado grupo de agujas, en una dirección porque
vos lo tenés que ir dejando en la dermis. Tiene que quedar como algo homogéneo”
apunta, dando algunas ideas de los secretos celosamente guardados por cada
tatuador y aclara que “el que no sabe te lastima. La célula de la piel, cuando
se rompe, no se regenera y te queda después una cicatriz como cualquier
lastimadura. Te queda el tatuaje pero todo hinchado, con relieve y eso no es un
tatuaje”.
Hace pocos
días hubo una convención de tattoo en Mar del Plata y Christian aprovechó ese
fin de semana para estar presente para ver los trabajos de otros tatuadores,
intercambiar experiencias y estar al tanto de las últimas tendencias, además de
ver nuevos materiales.
“No hay
materiales nacionales, mucho es importado y hay mucho trucherío: de todo tenés
una copia china perfecta” explica, haciendo referencia a los materiales de
calidad que utiliza: varias máquinas para distintos trabajos, sea para línea,
color o sombreado.
Uno se
pregunta qué busca la gente que se hace un tattoo y Christian, en sus ocho años
de experiencia en el rubro comenta “acá lo que más he hecho son frases y nombres,
como antes eran las estrellitas, las letras chinas o árabes. Tatuajes
relativamente chicos aunque hay gente que se hace tatuajes grandes, cosas más
jugadas”. Pareciera haber una moda o tendencia en los motivos que se plasman en
la piel, sobretodo en los más chicos que comienzan a tatuarse: “los pibes
vienen con la foto de Internet y quieren ese tatuaje, los más grandes ya vienen
con una idea formada, más pensada. Hay tatuajes tradicionales, muchas cosas que
tiene un sentido como el corazón, el pez koi, un loto, los dragones, ciertos
tipos de flores. Hay muchas cosas que tiene su sentido.”
Una imagen
que quedará pregnada por siempre también requiere de una forma y una ubicación
especial: “Yo le busco una forma estética al tatuaje, porque una misma figura un
centímetro adelante o uno atrás, sino queda fluido con el músculo, con la forma,
cambia mucho. Influye mucho en dónde
ubicar el diseño.”
La
honestidad y el amor al trabajo, al buen tatuaje acabado, hacen que muchas
veces, a pesar del pedido del cliente que quiere tatuarse, Christian rechace el
trabajo “si no me gusta y no va a quedar bien, no lo hago. Porque no me sirve.
Lo mismo que cuando vienen a taparse un tatuaje, con otro tatuaje: si ya está
muy mal hecho el otro trabajo, no lo tapas con nada”
Para contactarse
con Christian se puede llamar al cel 15470366.
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