'El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad. Cuyas instituciones son la propiedad privada, los mercados libres de intervención estatal, la competencia, la división de trabajo y la cooperación social. Donde solamente se puede ser exitoso sirviendo al prójimo con bienes de mejor calidad a un mejor precio".
Esta es la frase que el presidente Milei trae cada vez como mantra para definir el marco de su pensamiento, porque "son las palabras que definen a nuestra línea de pensamiento" dice y las atribuye a Alberto Benegas Lynch hijo.
El peso de las palabras no puede dejarse de lado. Si bien hemos atravesado los últimos meses en un clima de sin sentidos, marchas y contramarchas, dichos y desdichos, donde las palabras, "la palabra" dada perdieron toda densidad y es lo mismo lo que se dice en caliente o no como su opuesto. "Si yo les decía a ustedes hace un año lo que iba a hacer y todo esto que está sucediendo, seguramente iban a votar mayoritariamente por encerrarme en el manicomio. Y ahora soy el presidente” dijo Menem y es uno de los ejemplos que vienen a la menta cuando se escuchan los discursos presidenciales.
Pero Milei, parece no haber incurrido en este truco y desde el comienzo señaló con todas las letras a lo que estaba dispuesto a hacer. Aunque en algunos conceptos dio marcha atrás, como la dolarización y otros exabruptos que sostuvo durante la campaña.
Valdría tener presentes las palabras del mantra liberal que Milei repite una y otra vez como la base del principio de su pensamiento. Será necesario un ejercicio permanente de traer al presente estas palabras y cotejar con la realidad, si es un discurso vacío o si se sostiene como regla "ética" para evaluar las conductas de su gobierno que ahora comienza.
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