Ya como una
comedia de enredos la cuestión del traspaso del mando presidencial a tomado
dimensiones inusuales con la judicialización y las explicaciones.
De quién es
la culpa de semejante traspié institucional quizá quede para la historia
dilucidarlo, lo cierto es que la imagen de una transición ordenada, decayó.
Y en el
medio de las disputas sobre el formalismo del traspaso, los ciudadanos quedamos
mirando un espectáculo que se parece más un circo mediático tragicómico.
Parte del
Aire de estos sucesos por un lado empañan el orden institucional y por otro
lado sacan la mirada sobre lo cierto y real que tiene que ver con el bolsillo
de todos.
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