Nada hacía presuponer que esos “loquitos de la
azotea” harían una azaña desde los techos del Teatro Colon transmitiendo la ópera
Pársifal con un par de cables y un alambre.
Pasados casi cien años de aquella primera
transmisión radiofónica en la
Argentina la radio ganó popularidad y se expandió como una
mancha de aceite en la sociedad.
Una sociedad que en el esfuerzo de algunos, a
veces de manera desinteresada, buscando el bien común, marcan caminos y sellan
destinos: como aquellos que se suman a las sociedades de fomento en pos del
bienestar de los vecinos.
Parte del Aire de estos tiempos ameritan
destacar el esfuerzo que parte más acá de la solidaridad y hacen foco en el
bien común, de todos, como en el fomentismo.
La sociedad de fomento es como una sociedad sin
fines de lucro que busca mejorar las condiciones de vida y es un espacio de
participación ciudadana, como lo deberían ser las radios y los medios de
comunicación.
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