Llegamos al fin de semana en esta última semana
de vacaciones de invierno y la noticia que tratan los diarios es el aumento del
salario mínimo vital y móvil, acordado en un piso de 3.600 pesos.
Fruto del esfuerzo por encontrar una cifra
acorde a las necesidades de los trabajadores, este número llega luego de años
de oídos sordos de parte de los gobiernos por impulsar una mesa de debate donde
sentar empresarios y trabajadores.
Se podrá estar de acuerdo o no en que la cifra
alcanzada es significativa o no, pero lo cierto es que como las paritarias, el
salario mínimo vital y móvil es un instrumento recuperado en estos últimos
años.
Parte del Aire de estos tiempos han puesto
sobre la mesa la necesidad de acordar, de dialogar y escuchar a las partes,
aunque sea de manera parcial, simbólica para muchos.
Hoy, a 61 años de la muerte de Evita, lo cierto
es que a partir de ahora existe un referente, una marca a la cual recurrir
cuando los trabajadores se sientan en la mesa a negociar sus remuneraciones.
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